San José es una figura central en la fe cristiana, conocido como el esposo de la Virgen María y el padre terrenal de Jesús. Aunque no se menciona mucho en los Evangelios, San José es venerado por su humildad, fidelidad y su papel fundamental en la Sagrada Familia. Es un ejemplo de obediencia a la voluntad de Dios, como se ve cuando acepta su misión de cuidar de María y Jesús, guiándolos y protegiéndolos en momentos de dificultad, como en la huida a Egipto.
San José es también un símbolo de la vida laboral y el trabajo honrado, ya que la tradición lo identifica como carpintero. En este sentido, representa el valor del esfuerzo diario y la dedicación en la vida familiar y comunitaria. Debido a su papel como protector de la Sagrada Familia, la Iglesia Católica lo ha declarado patrono universal de la Iglesia.
La Diócesis de Culiacán, al pedir su patrocinio, busca su intercesión para proteger y guiar a la comunidad en su camino de fe. Al invocar a San José como patrón, la diócesis se coloca bajo su amparo, confiando en que él los guiará con la misma ternura, cuidado y sabiduría con la que protegió a Jesús y a María. Además, su figura inspira a los fieles a vivir con humildad, laboriosidad y confianza en Dios, especialmente en tiempos de prueba o dificultad.
